Muchas veces nos preguntan cuán difícil ha sido abrirse espacio como mujeres en un mundo masculino. La respuesta es muy simple: ha sido DESAFIANTE. Elegimos el camino más pedregoso, un mundo liderado por hombres y donde las mujeres somos cuestionadas y se nos exige mucho más en el área técnica, nos ponen en duda los cálculos y nuestras capacidades profesionales, sólo por el hecho de ser mujeres. Si no me crees, puedes ver el documental “Mujeres en Ciencia” en Netflix o el reporte del MIT del que habla el documental.
Para nosotras no era algo realmente nuevo, ya que esto también ocurre en el mundo de la ciencia, donde partimos, y donde las mujeres somos más cuestionadas y subestimadas que nuestros pares hombres. Esto sumado a que las carreras científicas se basan en el cuestionamiento, porque es parte de la ciencia y de la prueba y error, y es en ese contexto que las científicas nos educamos, en un mundo árido, donde convivimos con la duda del exterior y el propio complejo donde las mujeres pensamos que no sabemos y muchas “sufrimos del síndrome del impostor”, y sólo por nuestro género, dudando continuamente de nuestras capacidades.
Cuando partimos con Idea-Tec, Constanza y yo éramos muy temerosas y poco a poco, comenzamos a ganar auto confianza y así teniendo mejores argumentos para nuestros clientes. Los años de experiencia han aportado lo suyo y no decaímos en los tropiezos propios del emprendimiento, sino que cada pequeño paso para atrás, era sólo un empujón hacia adelante.
¿Cómo sobrellevar un emprendimiento femenino este mundo tan masculino? Creemos haber encontrado una fórmula en que nuestros clientes nos crean. Nuestra empresa ha logrado notoriedad y reconocimiento, los medios nos han validado a través de las noticias en las que hemos aparecido. Esa sumatoria ha creado reputación alrededor de nuestra marca, nos reconocen, ya no preguntan dónde está el jefe, saben que somos las mujeres de las pinturas sustentables.
Nos sentimos muy orgullosas, no sólo por esta construcción de marca, sino por el sendero que hemos asfaltado para las demás mujeres científicas, mujeres emprendedoras, para las niñas que hoy sueñan con crear, con cambiar el mundo. Tenemos la fortuna de hacer empresa, de crear de la manera que nos parece adecuada, con equidad de género, potenciando el conocimiento, inclusivamente, no excluyendo por género ni opción sexual.
En este camino nos hemos dado cuenta que tenemos el poder de generar un cambio, que podemos tomar la decisión de crear empresas equitativas, de incentivar mediante el ejemplo a que otras mujeres creen e impacten su entorno a través de sus propias empresas y emprendimientos, y que cada una de nosotras nos podemos abrir el camino y espacio que queramos en un mundo que probablemente va a seguir siendo liderado por hombres, al menos por un tiempo. Estamos aportando al cambio en el mundo que estamos viviendo, nosotras dejamos de pensar en cambiar lo que ya está establecido por los hombres, sino que desarrollar nuestros propios espacios como a nosotras nos parecen.
Hemos avanzando mucho, cada vez hay más referentes femeninas que permiten ser puntas de lanzas en espacios que históricamente han sido masculinos, desde la crianza en el hogar, colegio, educación superior y mundo laboral. Creemos que poder acelerar este proceso, que las niñas que hoy sueñan con un mundo más femenino lo puedan lograr y si aportamos en ello, ¡ya tenemos un gran avance!
El rol de Idea-Tec comenzó y sigue siendo hacer ciencia para aportar al cuidado del planeta, pero además, desde ahí la hemos utilizamos como una herramienta para potenciar los cambios sociales, como el empoderamiento femenino, y orgánicamente buscamos empoderar y transmitir que esto es posible, con fortaleza, creyendo en el valor individual y el colectivo de cada una de nosotras.