Emparejemos la cancha (y pintémosla también)

En nuestra última columna del año 2021 opinamos sobre las dificultades que enfrentamos las mujeres para hacernos un espacio en un mundo que aún perpetúa espacios laborales donde prevalece lo masculino. Quisiéramos invitarlos a reflexionar sobre la relevancia de emparejar la cancha, no sólo en el género en el mundo laboral, sino que con las minorías en general.

Estamos comenzando un nuevo año, y en ese renovar buscamos ser mejores, dejar atrás lo que ya no nos sirve. Sería maravilloso, que pensemos en el colectivo, en la inclusión, en que la cancha se empareje con oportunidades para todas y todos. Creemos que para que eso ocurra, necesitamos mirar el otro con una visión de oportunidad, de hacer brillar los talentos individuales para que el colectivo funciones. Nos debemos unos a otros, no somos valiosos en nuestra individualidad sino en el colectivo, siendo parte de un engranaje perfecto, como cada célula en nuestro cuerpo. Aprendamos a mirarnos de ese modo, de la manera en cómo puedo aportar desde mi hacia la comunidad, de modo armónico, de modo colaborativo, desde la cooperativa que nos permita avanzar como sociedad.

En nuestro caso, necesitamos de los demás, necesitamos de quien nos aporta el plumavit para reciclarlo, requerimos del transportista, de la ciencia en el laboratorio, de la mirada de los medios de comunicación, del aporte a nuestras redes sociales, del comprador, de quien nos recomienda de boca en boca, de quién nos critica también. Todo es una suma de aprendizajes que nos permiten avanzar, mejorar, desarrollar nuevas ideas, aunque no terminen siendo un producto final.

El camino a veces se hace difícil y se hace más pedregoso en soledad, cuando nos detenemos y observamos como laboran las abejas o las hormigas podemos comprenderlo todo. En comunidad es siempre mejor, no sólo porque es más entretenido, sino porque se aportan y complementan los talentos y porque las oportunidades se dan por igual. A eso llamamos emparejar la cancha, démonos la oportunidad de ser menos prejuiciosos con la diferencia, lo distinto no es malo, puede y debe ser complementario.

La invitación es a comenzar el 2022 mirando en circular, en grupal, en colectivo, en complementario. ¡Emparejemos nuestras canchas presentes y futuras y si quieres pintarla, hazlo con Groen!